La palabra "bocal" significa presa que se levanta en un río para desviar su caudal. Así, las presas del Bocal a la orilla del Ebro, en Navarra, dan origen al nacimiento del Canal Imperial de Aragón. Allí es donde trabajaba mi abuelo, y por eso, mi padre y sus hermanos pudieron pasar parte de su infancia en un sitio alucinante: el palacio del Bocal, lugar donde veraneó, siglos atrás, el mismísimo emperador Carlos V, aunque eso, a mi padre y a sus once hermanos les daba un poco igual. Ellos disfrutaban de pescar truchas, coger bichos y hacer el borrico por los aledaños.
Hace unos meses pudimos volver a visitarlo. Es un sitio mágico, que huele a ranas y piñones, donde cada rincón es más bonito que el anterior. Cuando vuelves a un lugar al que no ibas desde niño, sueles verlo más pequeño y apagado de como lo recordabas. No nos pasó eso, lo vimos igual de grande y bonito, y yo volví a flipar con los suelos hidráulicos, los ventanales, los espejos, los cabeceros pintados a mano, los jardines, los grabados, y hasta el laberinto! Bien pudiera haber veraneado allí el ochentero rey Jareth, que, haciendo un favor a mi abuela, se hubiera hartao de secuestrar niños ;)
Y de aquí es de donde ha salido la siguiente minicolección, del Bocal, no es difícil inspirarse viendo cosas tan bonitas, y bien da para hacer otras tantas más, cosa que me encantaría :)
Lo que haré seguro es escribir otra entrada con más fotos